Por Soraya Murillo
Cuando
 terminé de leer este libro, me encontré con la duda de cómo comentarlo.
 No era, y eso lo supe con unas pocas páginas leídas, un libro  común.  
Después de mucho pensar, decidí buscar la solución más sencilla: 
comenzar con unas simples y claras preguntas.
¿Cuánto
 hace que no leéis un libro para reflexionar, para interactuar con  lo 
que en él hay escrito? ¿Os  consideráis  lectores inteligentes o sois 
lectores pasivos? Si eres un lector al que le gusta todo mascado,  que 
simplemente busca leer sin más, esperando el fin del libro,  Manuel 
Amaro no es esa clase de autor, él no se dedica a eso. Con estas 
historias, tuvo muy claro lo que quería dejar en mano del lector, 
trabajo para  que sus mentes interactuaran con la obra y terminasen de 
construir lo que puede ser uno de los mejores libros que he leído.
Vale,
 si esto está muy bien ¿Pero de qué va este libro?  Pues en realidad, al
 contrario de lo que pudiera parecer, yo diría que no son historias 
cortas al uso. Sus relatos van de personajes  que viven un terror 
propio, un infierno en cierto modo personal y reconocible. Un terror 
interior que cada uno de nosotros llevamos dentro de forma inherente, 
aunque oculto bajo la superficie.  No, no son  relatos cortos aunque parezca que sí lo son.  Los relatos cortos  los
 lees, te cuentan una anécdota, tienen un final donde se resuelve la 
trama y vas a otro, punto. Pero aquí no. Ya os advertí que su autor 
quiere jugar con nosotros, quiere que penséis.  Por lo tanto, cuando 
terminéis de leer uno, solo será un paso más para saber la totalidad de 
la historia, ya que los siguientes relatos y no por orden precisamente, 
irán revelando  la verdad.
 ¿Os
 parece complicado? Bah, no lo es en absoluto. Solo debéis ir leyendo, 
seguir las pistas y montar el puzle ahí creado. Ir juntando piezas, y la
 grandísima historia que se dejó escrita llegará hasta vuestra mente por
 sí misma y la entenderéis.
 Doce
 historias, donde podréis encontrar Gusanos amorfos que llegaron con la 
extraña niebla, unos bichos aterradores  que hacen enloquecedores 
crujidos mientras se arrastran.  Un chico con tics faciales, que solo se
 calman cuando… Una ciudad silenciosa, un tren que lleva dentro unos 
peculiares pasajeros, una historia  donde la muerte no es el fin. Un 
hombre Dios que al tocarte te pasa su sufrimiento.  ¿Qué sentirías si despertaras dentro de un muro emparedado  y no supieras que haces ahí metido? 
Descansemos un poco y hablemos  de
 los personajes.   Esos personajes que se aferran a la vida como sea. 
Prestadles atención y observadlos con tranquilidad, sin prisa, ya que 
algunos de ellos pueden parecer pueriles y sin peso, en una historia no 
parecen tener importancia, pero para nuestra sorpresa, en otra serán la 
clave de todo.  En cuanto a estilo, una narración sencilla, directa, 
nada recargada y con la que iremos entendiendo y enlazando tramas,  porque
 si su autor nos metió en un laberinto y cada paso que damos más cerca 
de la salida, vamos comprendiendo donde empieza y acaba todo.
 Seguimos
  con Una conversación trivial.  O mejor dicho, cuando se juega a ser 
Dios, cuando en realidad solo se es un cordero.  El cerco ¿Te imaginas 
ser un policía y tener la sospecha que tú mejor amigo es un asesino?  
Llegaremos
 a la que es para mí la parte más difícil de entender. Al caos, una 
fórmula que permite adivinar el futuro.  Con Sujeto Darwin, entenderemos
 el temor de convertirnos en aquello que tanto nos asusta, un nuevo ser 
creado de….
 Nos
 quedan los tres últimos.  Un mirón que,  sin saberlo, estará espiando a
 alguien muy especial. Un grupo de supervivientes que  comienzan a 
entenderlo todo.  Y Xhana negra poseída por un espíritu.
 Todo
 esto vais a encontrar. Pero recordad que el orden deberéis buscarlo 
vosotros. Profecías que se cumplen, humanos que se creen fuertes 
-intocables, casi Dioses- , pero que  lloran , gritan, suplican. 
Deteneros un instante a admirar la portada. Un ángel negro sobre las 
miserias humanas. Pero ahí, en lo alto, una estrella. Entendedlo, 
simplemente entendedlo…
 Maravilloso libro, maravilloso libro, maravilloso libro. 
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