jueves, 8 de diciembre de 2011

CRÓNICA DE LONDRES

Lo cierto es que tres días bien aprovechados pueden dar mucho de sí. Llegamos a Londres el sábado a las 00:00 y nos encontramos con nuestro primer contratiempo: el conductor que nos debía estar esperando para llevarnos al hotel no estaba. Llamamos a la compañía (Penguins Ltd, que nadie la contrate jamás) y después de cuatro libras en teléfono y una hora de tira y afloja, el encargado nos dice que nos busquemos la vida. Al final cogimos dos taxis y nos plantamos en el hotel a las 2:30 am, con el tiempo justo para irnos a dormir.
El primer día visitamos el British Museum, la National Gallery, Covent Garden (me encantó el ambientillo de día) y acabamos dándonos un paseo por el Big Ben, la abadía de Westminster y el County Hall, en el que había otro mercadillo nocturno con infinidad de puestos de comida muy especiada. Nos echamos una Guinness, cena rápida y a la cama, que estamos reventados.



El segundo día empezamos cogiendo el metro hasta St. James Park para acabar en el palacio de Buckingham. Una vez allí, como eran las 10:50, decidimos ver el cambio de guardia pero nos dimos con un canto en los dientes. Lo único que vimos fue la versión morena de Marge Simpson dando paseítos exagerados en su garita. Resulta que el cambio de guardia se hace en días alternos, y al parecer aquel era el día en que no. A tomar porculo cambio de guardia. 

Desde allí nos fuimos al museo de historia natural y al museo de la ciencia. Muy bien el primero y genial el segundo. Al salir, nos dimos un paseo por las cercanías del Albert Hall, comimos Fish & Chips y nos subimos a Notting Hill. Tras un breve paseo, cogimos el metro hasta Picadilly Circus para tomarnos un té, pasear por Chinatown y el Soho y acabar echando unas Guinness en un pub cercano a Covent Garden en el que acabamos confraternizando con los bebedores de la zona.
Con pocas cosas ya pendientes, al tercer día nos fuimos a ver el Imperial War Museum, en el que hay una exposición realmente impresionante (si es que este adjetivo es apropiado) acerca del holocausto judío. Después nos fuimos a visitar la Torre de Londres, el puente y la Catedral de S. Paul (sin tiempo para entrar, sólo visitando por fuera), desde donde volvimos a Chinatown a comernos un menú buffet y descubrir que los chinos londinenses son más desagradables y desconfiados que los chinos españoles, y que ni siquieran te dan flan chino de postre. Como vengan los ingleses a algunos de nuestros Wok, alucinan seguro.
Para terminar, echamos parte de la tarde en el maravilloso mercado de Camden Town, para acabar en Harrods. Yo no quería ir, pero finalmente tengo que reconocer que el sitio es una pasada. Nos metemos en un pub y descubro que mi pronunciación en inglés es penosa. Pido dos medias pintas de Guinness y otras dos de Murphy's. La camarera me lleva al otro lado de la barra, me ofrece una cesta con magdalena y me dice que elija dos. Yo, todo obediencia y sumisión, las cojo pensando en lo majos que eran allí, que me regalaban una magdalena por cada dos cervezas. Al rato, y viendo que no me llegaban las Murphy's, observo que en el envoltorio de la magdalena pone "Muffins". Total, que después de algunas risas y torpes disculpas por mi parte, conseguí que me la simpática camarera me cambiara las dichosas magdalenas por dos birritas que ni siquiera eran para mí. Moraleja: no pidáis Murphy's en Londres, que no hay en casi ningún sitio. Pedid Guinness, y el que quiera otra que se la pida él.
Amanecimos el día del viaje de vuelta con mucho ajetreo, pero el tiempo suficiente para volver a dar una vuelta por el Big Ben y comprar una bolsa de cacahuetes para dar de comer a las ardillas.
Una Guinness más (y van un buen puñado) y ponemos rumbo al aeropuerto.

Me ha sorprendido Londres. Una ciudad encantadora a la que pienso volver.

5 comentarios:

Le Flammarion dijo...

Me alegra saber que te ha gustado y lo habéis pasado fenomenal. Un abrazo.

Fran

SHE dijo...

que guapo tío!
adornaste Londres lo justo

miles de abrazos navideños

Manuel Amaro dijo...

Le flamma... me alegra saber que te alegra. A ver si vienes para acá y quedamos, que tenemos chascarrillos culturales de los que hablar.

She... la hija pródiga! No percibí que nadie se diera la vuelta cuando yo pasaba, así que no será para tanto.

Anónimo dijo...

Has sido muy parco en la exposición del viaje; fué MARAVILLOSO, y como organizador y guia fenomenal.
Me apunto a otro. J.L.

los lunes dijo...

Londres tiene más encantos de los que puedan parecer, y ha descubierto algunos de ellos. No en vano, es la capital de Europa, my dear Manuel.
Curiosa su anecdota con el Cockney.
Y una recomendación: Edinburgo. No le defraudará.