lunes, 29 de octubre de 2007

El Cuervo, de Edgar Alan Poe



Hoy, mientras comía, me he encontrado con el capítulo de los Simpson en el que homenajean a Edgar Alan Poe y su poema "el cuervo", y me han entrado ganas de releerlo. Vale la pena.

Cierta noche aciaga, cuando, con la mente cansada,
meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestral
y asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido,
como si alguien muy suavemente llamara a mi portal.
"Es un visitante -me dije-, que está llamando al portal;
sólo eso y nada más."

¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado diciembre!
Cada chispa resplandeciente dejaba un rastro espectral.
Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calma
en mis libros, ni consuelo a la perdida abismal
de aquella a quien los ángeles Leonor podrán llamar
y aquí nadie nombrará.

Cada crujido de las cortinas purpúreas y cetrinas
me embargaba de dañinas dudas y mi sobresalto era tal
que, para calmar mi angustia repetí con voz mustia:
"No es sino un visitante que ha llegado a mi portal;
un tardío visitante esperando en mi portal.
Sólo eso y nada más".

Mas de pronto me animé y sin vacilación hablé:
"Caballero -dije-, o señora, me tendréis que disculpar
pues estaba adormecido cuando oí vuestro rasguido
y tan suave había sido vuestro golpe en mi portal
que dudé de haberlo oído...", y abrí de golpe el portal:
sólo sombras, nada más.

La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno,
y soñé sueños que nadie osó soñar jamás;
pero en este silencio atroz, superior a toda voz,
sólo se oyó la palabra "Leonor", que yo me atreví a susurrar...
sí, susurré la palabra "Leonor" y un eco la volvió a nombrar.
Sólo eso y nada más.

Aunque mi alma ardía por dentro regresé a mis aposentos
pero pronto aquel rasguido se escuchó más pertinaz.
"Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana;
veré pues de qué se trata, que misterio habrá detrás.
Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.
¡Es el viento y nada más!".

Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,
agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.
Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento,
con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal,
en un pálido busto de Palas que hay encima del umbral;
fue, posóse y nada más.

Esta negra y torva ave tocó, con su aire grave,
en sonriente extrañeza mi gris solemnidad.
"Ese penacho rapado -le dije-, no te impide ser osado,
viejo cuervo desterrado de la negrura abisal;
¿cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?
"Dijo el cuervo: "Nunca más".

Que una ave zarrapastrosa tuviera esa voz virtuosa
sorprendióme aunque el sentido fuera tan poco cabal,
pues acordaréis conmigo que pocos habrán tenido
ocasión de ver posado tal pájaro en su portal.
Ni ave ni bestia alguna en la estatua del portal
que se llamara "Nunca más".

Mas el cuervo, altivo, adusto, no pronunció desde el busto,
como si en ello le fuera el alma, ni una sílaba más.
No movió una sola pluma ni dijo palabra alguna
hasta que al fin musité: "Vi a otros amigos volar;
por la mañana él también, cual mis anhelos, volará".
Dijo entonces :"Nunca más".

Esta certera respuesta dejó mi alma traspuesta;
"Sin duda - dije-, repite lo que ha podido acopiar
del repertorio olvidado de algún amo desgraciado
que en su caída redujo sus canciones a un refrán:
"Nunca, nunca más".

Como el cuervo aún convertía en sonrisa mi porfía
planté una silla mullida frente al ave y el portal;
y hundido en el terciopelo me afané con recelo
en descubrir que quería la funesta ave ancestral
al repetir: "Nunca más".

Esto, sentado, pensaba, aunque sin decir palabra
al ave que ahora quemaba mi pecho con su mirar;
eso y más cosas pensaba, con la cabeza apoyada
sobre el cojín purpúreo que el candil hacía brillar.
¡Sobre aquel cojín purpúreo que ella gustaba de usar,
y ya no usará nunca más!.

Luego el aire se hizo denso, como si ardiera un incienso
mecido por serafines de leve andar musical.
"¡Miserable! -me dije-. ¡Tu Dios estos ángeles dirige
hacia ti con el filtro que a Leonor te hará olvidar!
¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor olvidarás!".
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
¿Del Tentador enviado o acaso una tempestad
trajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje,
a esta morada espectral? ¡Mas te imploro, dime ya,
dime, te imploro, si existe algun bálsamo en Galaad!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
Por el Diós que veneramos, por el manto celestial,
dile a este desventurado si en el Edén lejano
a Leonor , ahora entre ángeles, un día podré abrazar".
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

"¡Diablo alado, no hables más!", dije, dando un paso atrás;
¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!
¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo de tu ultraje
quiero en mi portal! ¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Y el impávido cuervo osado aun sigue, sigue posado,
en el pálido busto de Palas que hay encima del portal;
y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,
cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;
y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,
no se alzará...¡nunca más!.

sábado, 27 de octubre de 2007

Música: Blood Brothers, de Iron Maiden.

Es que no hay nada que decir... son los maiden.

And if you're taking a walk through the garden of life // What do you think you'd expect you would see? // Just like a mirror reflecting the moves of your life // And in the river reflections of me // Just for a second a glimpse of my father I see // And in a movement he beckons to me // And in a moment the memories are all that remain // And all the wounds are reopening again // We're blood brothers, we're blood brothers // We're blood brothers, we're blood brothers ...

jueves, 25 de octubre de 2007

Tres de acertijos

Hoy tenía ganas de poner algo de música, pero finalmente me he encontrado con este acertijo que me ha parecido interesante. Empiezo a poner a prueba vuestros intelectos, porque éste no es ni mucho menos tan fácil como los dos anteriores. Atentos, pues es largo:

Un tipo rico selecciona a tres personas (la 3ª de ellas eres tú) y os plantea el siguiente juego:

Os pondrá un sombrero en la cabeza a cada uno (del color que él decida), de tal forma que podréis ver el sombrero de los demás, pero nunca el vuestro.

El hombre afirma que dispone de 3 sombreros blancos y 2 sombreros negros.

Una vez colocados los sombreros, os preguntará uno a uno que le digáis el color del sombrero que lleváis. Podeis responder o podéis pasar, pero en cuanto uno sólo de los tres falle su respuesta, el juego se habrá perdido y os darán tortas hasta en el carnet de identidad (esto es para evitar las respuestas al azar. Si todavía tiene alguien ganas de responder al azar, cambio lo de dar una paliza por cortar piernas a la altura de la rodilla).

En cambio, si sólo uno acierta, el juego se ganará y seréis los tres trillonarios.

Con las reglas explicadas, la situación es como sigue: tú eres el último en ser preguntado. Tus dos compañeros (que se suponen inteligentes y no van a arriesgarse inútilmente, claro está) han mirado los sombreros de los demás y han decidido no responder, esperando que tú puedas hacerlo. Al mirarlos, observas que llevan un sombrero blanco cada uno.

¿Qué sombrero llevas tú, el blanco o el negro, o prefieres pasar y se declara juego nulo?

Bueno, señores, señoritas y demás especímenes. Espero no sólo vuestras respuestas sino también vuestras reflexiones acerca de cómo habéis llegado a ellas. Ah, y no valen trampas del tipo: "me guiña un ojo y eso significa que llevo el sombrero tal". El acertijo es limpio. Sin trucos.

¡Éste no es tan fácil! A disfrutarlo.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Lectura recomendada: Cándido, de Voltaire


Cándido es un personaje que sufre innumerables desventuras desde el primer episodio en el que lo echan del castillo paradisíaco en el que se ha criado.

Es una novela cortita, de fácil lectura, divertida, sagaz y repleta del realismo y las dudas propias de Voltaire.

Como curiosidad, la idea del cuento nació en el autor a partir de una carta recibida de Leibniz (matemático tenía que ser) en la que éste trataba de demostrarle que, a pesar de todas las apariencias, todo en este mundo ocurre para el bien de la humanidad. Y en esto, Voltaire creó una historia con la que satirizaba este pensamiento.

Os dejo un enlace por si alguien quiere leer esta novela corta o relato largo on line.

viernes, 19 de octubre de 2007

Dos de acertijos


Vamos a ver cómo esas mentes librepensantes se las arreglan con este otro acertijo que propongo.

Os aseguro que es fácil, muy fácil. Lo que lían son las palabras.

Un hombre se encuentra mirando un retrato. Se le acerca un amigo por detrás y le pregunta quién es el tipo de la foto, a lo que el primero responde:

"No tengo hermanos ni hermanas, pero el padre de este señor (señala al retrato) es el hijo de mi padre"

¿De quién era la foto que miraba?

Espero vuestras respuestas. Esta vez las publicaré directamente, así que el que quiera la solución sólo tiene que copiarse de los demás.

La semana que viene subo el nivel, que éste es demasiado facilito.

martes, 16 de octubre de 2007

Fobos: "La Agenda", el primer relato del libro

Escribí La Agenda en mayo de 1997, cuando contaba con sólo 21 añitos y nunca pensé que sería una historia que pudiera ser premiada, ya que había imaginado que los certámenes literarios eran plataformas en los que jurados pedantes galardonaban novelas pedantes.
Así que cuando presenté "La Agenda" a concurso en el año 2005, lo hice con ninguna fe.
Y como casi siempre, me equivocaba (¿he contado ya que soy hombre de poca fe?)

Unos meses después me comunicaron que mi relato había sido escogido de forma casi unánime como ganador por los cinco miembros que componían el jurado del XIII Certamen Internacional de Relato Breve "José Toral y Sagrista" (siento ser pedante yo, pero las bases del concurso me obligan a mencionarlo), y que pronto iba a ser publicado en formato individual.

Aluciné.
Y a partir de ahí, empecé a creérmelo.

Ahora, "La Agenda", relato que encabeza la antología, es una de las historias preferidas de los lectores, sobre todo los más jóvenes, y creo que la clave está en una trama misteriosa y un ritmo narrativo rápido.

Muchos son los que me preguntan por el final. Unos dicen que si acaba así, los otros afirman que acaba de otra forma, y yo prefiero no meterme y decir que ellos eligen. Y es que estos relatos están malditos y cobran vida una vez que pones el último punto y final.

viernes, 12 de octubre de 2007

Una de acertijos


Aunque sea este un blog principalmente literario, el que postea no puede evitar ser matemático y le gusta jugar de vez en cuando con los que aquí entran. Os propongo un acertijo que me contó ayer Susana, no muy difícil pero un tanto lioso.

Dos mujeres están en un balcón y ven a dos hombres que se acercan a lo lejos. Una de ellas dice a la otra:

-Mira, por allí vienen nuestros padres, los padres de nuestros hijos y nuestros maridos.

¿Cómo explicarías esta situación?

Espero vuestras respuestas. Para que no se copie nadie, voy a habilitar la moderación de comentarios, así que tendréis que esperar para ver vuestra respuesta publicada (aunque estad pendientes, porque responderé).
Si la propuesta tiene aceptación, os dejaré un acertijo cada semana.

sábado, 6 de octubre de 2007

El prólogo, de Manuel Pancorbo


Hay amigos y Amigos. Esa es una verdad ineludible. De la misma forma hay honores y Honores. Escribir un libro y que te lo prologue alguien importante y que sepa de esto como, por ejemplo, (y aquí es donde me quedo en blanco y sólo se me ocurren clarines, quevedos, homeros y otros imposibles por razones harto evidentes. Son las cosas del directo). Pues eso, que alguien importante te prologue tu libro es un honor, y siempre podrás decir que fulanito ha sido el que ha escrito el prologo, como si esas líneas dieran cierta credibilidad a todo lo que tú has escrito.

La credibilidad ya estaba ahí. O dejaba de estar, según proceda. Al final son los lectores los que deciden si el libro es bueno o malo, independientemente de si lo ha prologado Borges o el mismísimo Cervantes. Pero claro, no es la primera vez que escucho eso de "este libro tiene que ser bueno, porque el prólogo es de Dan Brown". Y claro, un tipo de éxito apadrina a un desconocido y la gente da una oportunidad al libro.
Por supuesto, a veces estos prólogos se hacen de forma desconsiderada y sentida (como el prólogo de Borges a una de las ediciones de Crónicas Marcianas de Ray Bradbury). Pero aseguro que, casi siempre, prologar no es más que una estrategia de marketing más.

Y de esta estrategia de marketing puedo decir que al menos en este libro me he librado. No es Manuel Pancorbo un escritor de éxito, ni un famoso torero, ni un actor de Broadway (aunque podría serlo si se depilara el pecho, jeje). Cuando se atrevió a escribir unas letras como introducción del libro, ni él mismo imaginaría que habría gente que llegaría a opinar que lo mejor del libro es el prólogo.

Y yo tan orgulloso: no habría prólogo magistral de no haberse escrito el libro.

Lo que casi nadie sabe es que este prólogo, de tan difícil comprensión, no es más que una sucesión de guiños personales entre nosotros, y dudo mucho que nadie sepa de qué van los tiros en el primer párrafo. ¿Por qué? Porque el primer párrafo es para mí. Y sólo Manolo, yo y aquel que nos pregunte sabrá el por qué de tanta palabrería extravagante y aparentemente sin sentido.

Simplemente, son las típicas tonterías entre amigos.
Y por ello, considero un Honor que mi amigo Manolo Pancorbo haya escrito el prólogo.

Path - Apocalyptica

Esta banda que empezó haciendo versiones de grupos metal con sus chelos, ahora hacen canciones increíbles y son reconocidos mundialmente. La canción "path" tiene una versión posterior con letra cantada por Sandra Nasic, cantante de Guano Apes (una de las voces femeninas más burras que he escuchado). Espero que os guste: hacía al menos 7 años desde la primera y única vez que vi este vídeo y no he podido evitar postearlo.

martes, 2 de octubre de 2007

Lectura: Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand


Es Cyrano sin duda uno de esos personajes cuyo nombre nunca olvidas, al igual que Jean Baptiste Grenouille, Jean Valjean, Long John Silver o Manuel Amaro. El cyrano de Rostand es un individuo pendenciero y sarcástico, duro y tierno, frío y apasionado, acomplejado por una nariz descomunal en cuya defensa sale a base de espada e ironía.

Es un libro escrito en prosa poética con una exquisitez increíble. Cada párrafo, cada línea, cada palabra sólo causan en el lector el mismo efecto que comerse una pastilla de chocolate (a quien le guste, claro).

Como curiosidad, su autor vivió toda su vida atormentado con su propia creación, pues sabía que había escrito una obra tan exitosa que difícilmente iba a poder mejorarla. Incluso era consciente de haber creado un personaje dotado de un espíritu sublime que ni él mismo poseía.

Si no tenéis el libro, os dejo un enlace desde el que lo podéis descargar.