martes, 24 de julio de 2012

DREAM ON, DE AEROSMITH

Lo bueno de ser un ignorante es que siempre te quedan cosas que te sorprendan. Lo que me ha pasado con esta canción ha sido amor a primer oído. Me bastaron unos compases en el trailer de una película que ni siquiera me llamaba la atención para quererla, para investigarla, para encontrarla y hacerla mía.
Y tal y como la he hecho mía, cuarenta años después de su lanzamiento y casi cincuenta después de que la escribiera Steve Tyler en 1965, ahora la dejo para que la hagáis un poco vuestra.


Me encantan esas guitarras sesenteras y esa voz final rasgada a lo Janis Joplin. Increíble.

LA ÚLTIMA PREGUNTA, DE ISAAC ASIMOV

Se trata de un relato corto, pero para mí es la madre, el padre, el tío y el vecino del 5º de los relatos cortos. Sencillo en su lectura pero complejo en su contenido, vertiginoso, atractivo, denso, sorprendente. En escasas quince páginas, el gran Isaac Asimov nos deleita con una posible evolución de la humanidad que nos llevará, partiendo del año 2061, a través de eras y eras hasta el preciso momento en el que el hombre ya no exista porque toda la energía del Universo se ha consumido.
En cada momento del relato, los protagonistas plantearán una pregunta al ordenador más evolucionado del momento, intentando evitar el desenlace final, el momento en el que todo se apague, la última pregunta: ¿cómo puede disminuirse masivamente la cantidad neta de entropía del universo?
Un soplo de aire fresco en vuestras lecturas veraniegas. Espero que lo disfrutéis tanto como lo hice yo.
Sólo una cosa, para los amantes de adelantarse al final. Las dos últimas líneas constituyen un final apoteósico: no os lo reventéis.

viernes, 20 de julio de 2012

EL PLAN DE CALIDAD: RECOGEMOS LO QUE SEMBRAMOS

Permitidme ser sincero.
Ya avisé hace años de que las cosas mal hechas no podían llevarnos a nada bueno. 
Si no recuerdo mal, fue hace 5 años la primera vez que me llegaron noticias del plan de calidad en la educación, una aberración nacida de aburridos progresistas con corbata que esperaban poder colocar a España a la cabeza de resultados educativos en Europa a base de chantajes, papeleos, falsedades y un dinero que a la postre se descubrió que no se tenía. Nada extraño en una España como la que se nos destapado en los últimos meses.
La cosa pintaba bien. Los inspectores vendieron el proyecto como el que vende las enciclopedias. Algunos directores vieron pasta fácil y, mitad por peloteo, mitad por avaricia, siguieron el juego e intentaron colocar el plan sin leernos la letra pequeña: los profesores se comprometían a mejorar los resultados y la calidad de la enseñanza a cambio de un dinero extra. Por suerte, la mayoría de los profesores fueron profesionales que leyeron toda la dichosa ley de calidad y decidieron con buen criterio que no necesitaban de ningún soborno para mejorar la calidad (y que la enseñanza educativa no mejoraba rellenando miles de papeles, encuestas y formularios).
De modo que la ley se rechazó en claustro. Creo haber leído que un 98% de los centros educativos lo rechazaron, poniendo en evidencia las miserias del plan. Pero para mi sorpresa, al año siguiente volvió a plantearse por imperativo de los de arriba. Había alguien empeñado en imponerlo, fuese como fuese. Y de nuevo calabazas, aunque ya empezaba a escuchar algunas voces que decían "oye, en tal instituto han cobrado 600 euros extras por hacer lo mismo que hacían antes". 
Viendo los mandamases que estaban golpeando murallas con espadas, decidieron quitar el poder a los claustros y permitir que los planes de calidad fueran votados por los consejos escolares, previo lavado de cerebro tanto a padres como a alumnos integrantes de éstos.
¿Pero qué interés tenían nuestros políticos por regalarnos a los profesores un sobresueldo? Evidentemente, querían comprar con cuatro perras años y años de ineptitud y reformas más encaminadas a hacer la puñeta al del partido rival que a resolver la penosa situación educativa, culpando a los profesores de todos los fracasos en el área. Lógico: si antes no funcionaba el sistema, y ahora sí... ¿no es todo por culpa del maestro?
Tan mal concebido estaba el dichoso plan que el Tribunal Supremo lo anuló en 2010 por no ajustarse a la ley, pero bastó con cambiar un par de puntos, donde antes se decía calidad ahora se dice mejora educativa y bla bla bla, y ya tenemos nuevo plan de calidad. Así se funciona en España.
El acoso y derribo ha ido a más. La última aberración parida por nuestros ineptos e ineficaces encargados de gestionar el sistema es permitir a los profesores interinos mantenerse en un puesto de trabajo siempre que hayan firmado el plan de calidad. Con esta condición, siento decir que incluso yo mismo me hubiera bajado los  pantalones y hubiera firmado. Si es la estabilidad laboral lo que está en juego, el trabajar o no el año que viene, y más sabiendo que todos lo están suscribiendo, muy tonta -o muy íntegra- debe ser la gente para no hacerlo.
El problema viene ahora, con los recortes. Une plan de calidad (en el sentido de permanencia en un centro) a miles de profesores interinos que no van a trabajar este año por culpa de Rajoy & friends, y nos encontramos con que, recién salidas las listas de provisión de vacantes en Andalucía, hay gente que con sólo 7 meses trabajados tiene un puesto de trabajo, en detrimento de padres y madres de familia que se irán al paro después de 20 años de tiempo de servicio.
¿Justicia? Bueno, es legal, que es lo que está de moda, aunque no dejaré de pensar que es injusto puesto que miles de interinos no tienen la oportunidad de firmar el plan de calidad (recordemos que sólo lo pueden hacer si el centro educativo en cuestión lo tiene).
Al final recogemos lo que sembramos. Hemos picado el anzuelo. En cuanto unos pocos centros educativos, conservatorios, EOI... se han adscrito al plan de calidad, la paranoia está garantizada. Casi nadie lo acepta, casi nadie lo comparte (diría que nadie, pero poderoso caballero es Don Dinero. A propósito de dinero, se oye por ahí que no va a haber más pagos), pero todos los profesores interinos lo secundarán con tal de no perder su puesto de trabajo. Y lo entiendo. Leí hace unos días el caso de una profesora con más de 15 años de tiempo de servicio, que trabajaba en un centro con plan de calidad y que se ha dado de baja por el escandaloso motivo de haber tenido un bebé. El plan de calidad la ha excluido, pero su sustituto/a se ha aprovechado de éste para "birlarle" el puesto de trabajo. Este año la primera no tendrá trabajo mientras que otros con menos bagaje sí. Esa es la ley en España. Esa es la calidad que nos venden estos políticos que tantas veces han demostrado ya su ineptitud.
Si hubiera justicia, los creadores e impulsores de este plan de calidad deberían devolver a los ciudadanos, uno por uno, cada céntimo que se ha malgastado en este inútil proyecto. Y no son pocos, creedme.
Acabo ya diciendo que denuncio públicamente esta vergüenza llamada plan de calidad
Y como siempre hago, firmo con mi nombre.

miércoles, 18 de julio de 2012

49 DE ACERTIJOS

Más que un acertijo, se trata éste de una paradoja atribuida a Galileo con la que espero que se le dé un poco al coco.

Un cuadrado perfecto es aquel número que se obtiene multiplicando un numero natural por sí mismo. Los primeros cuadrados perfectos son 1, 4, 9, 16, 25, 36, 49... A los números que los generan los llamaremos raíces. 
Con esta definición básica y conocida, podemos realizar las siguientes afirmaciones:
A) Hay tantas raíces como cuadrados, pues cada raíz genera un cuadrado y todo cuadrado tiene por definición una raíz.
B) Hay tantas raíces como números naturales, pues el 1 es raíz de 1, el 2 es raíz de 4, el 3 es raíz de 9... y así sucesivamente cada número natural genera un cuadrado.

Conclusión: Si hay tantas raíces como cuadrados, y tantas raíces como números naturales, entonces hay tantos cuadrados como números naturales. Y he aquí la paradoja, porque no todos los cuadrados son números naturales (por ejemplo, el 3 es natural y no es cuadrado).

¿Algo que comentar?

lunes, 16 de julio de 2012

VENDER LOS DIENTES PARA COMER

El conocimiento es poder, dicen.
Lo malo es que el que domina los medios también domina el conocimiento. Nuestra clase dirigente no cuenta lo que realmente está ocurriendo, dejándonos en un mar de dudas y conjeturas, a merced de oportunistas, especuladores, apocalípticos e incluso falsos profetas optimistas.
Lo que está pasando con España y los mercados internacionales clama tanto al cielo que me hace cuestionarme qué es esto de Europa y por qué se habla de unión cuando en realidad cada país está intentando coger tanto como pueda del naufragiode aquellos países que han estado mucho más torpes a la hora de encarar esta crisis.

Observando el gráfico temporal de la prima de riesgo en España y comparándolo con las noticias políticas y económicas de actualidad correspondientes a las fechas, podemos concluir que cada bajada brusca en el índice se corresponde con una medida tomada. A saber: reuniones del eurogrupo dando apoyo a España, anuncio del rescate de 100.000 millones, recortes del ejecutivo... Cada vez que estamos perdidos, nuestra clase dirigente salva los muebles vendiendo una pieza dental (del pueblo, por supuesto). Inmediatamente los mercados reaccionan y la prima de riesgo baja, pero curiosamente la confianza de los inversores no dura mucho y la prima vuelve a repuntar, cada vez con más violencia, en espera de un nuevo diente que quedarse.
Existen demasiados interesados en que España no salga del pozo aún. Mientras esto perdure, Alemania puede financiarse a un 0% de interés en dos años. Hay otros países que pagan por el dinero que les prestan menos de lo que han recibido. ¡Menos! 
Si a todo esto se le añade que este país de pandereta sigue teniendo el triple de políticos que Alemania (teniendo Alemania el doble de población), que tanto la banca como la justicia están politizadas (ergo corrompidas) y que los españoles de a pie siguen intentando salvar los trapos de manera individual, sin pensar en el colectivo (menudo linchamiento han sufrido los funcionarios en los últimos dos años, en especial los maestros y profesores), puedo casi garantizar que el próximo paso será vender otro diente, como hizo Fantine para dar de comer a su pequeña Cosette. ¿Y cuando ya no nos queden más dientes que vender?
¿Acabaremos como Fantine?