Cuenta la leyenda que Gauss, el príncipe de las Matemáticas, una vez fue un niño y no tuvo esas patillas con las que apareció en el billete de 10 marcos.
Hoy ha llegado a mis manos el manuscrito auténtico de lo que pasó aquel día, cuando un joven Gauss de 7 años sorprendió a su maestra con su brillantez. Procedo a traducir literalmente del alemán clásico:
Era 1784, y estaban los niños en clase de 2º de EGB, pintando banderas y monigotes con ceras plastidecor sin salirse. Entró en clase el director para decirle a la maestra que habían llegado unos padres pidiendo explicaciones acerca de los motivos que habían movido al colegio a expulsar a Dietrich Malich, pues en ningún lado del reglamento de centro se tipificaba el "eructar en la cara del maestro tras comer matanza" como una falta grave. Alegaban que en ciertas culturas el eructo era signo de paz, y bla bla bla...
La maestra, para atender al director y tener entretenidos a los niños a la vez, les pidió que sumaran en sus cuadernos todos los números del 1 al 100.
Al darse la vuelta, una vocecilla a su espalda dijo:
-5050, señorita.
La maestra frunció el ceño. La respuesta había sido acertada, y sabía que ningún supercomputador de la época podía haber sido capaz de responder con tal celeridad.
-¿Quién es el niño? -preguntó el director.
-Es Carl Friedrich, señor director -replicó ésta-. Y no es un niño. Es un ciborg. Si le pone usted patillas y gorro de dormir, en unos años reconocerá en él al tipo que sale en los billetes de 10 marcos.
El director se adelantó, pidió una hoja de papel y empezó a hacer cálculos. Después de 40 minutos, comprobó que la respuesta era, en efecto, 5050.
-¿Habías calculado esto alguna vez, niño del demonio?
-No, señor.
-¿Seguro que no?
-Se lo juro por la Virgen de la Cabeza.
El director le pidió que saliera a la pizarra y le explicara, pues, cómo había hecho los cálculos.
El joven Carl Friedrich cogió la tiza, escribió la suma indicada de los 100 primeros números y empezó a explicar:
-Si apartamos el 100, nos damos cuenta de que 1+99=100. Igualmente, 2+98=100, 3+97=100, y así sucesivamente hasta 49+51=100. En total, 50 veces 100 hace un total de 5000. Sumamos el 50 y tenemos el 5050.
El director se meó la pata abajo. La maestra pidió la jubilación anticipada, pero le dijeron que ni soñarlo antes de los 67 años, de modo que se fue a hacer un cursillo de uso de pizarras digitales para estar a bien con la inspección.
Jodido Gauss.
8 comentarios:
Esa historia me la conocía yo! Hay que ver Gaussín, qué listo, y la profe qué petarda, ya podría haberles pedido que le sacaran los 200 primeros decimales de pi, en vez de tanto sumar, que luego pasa lo que pasa (??)
Saludillosss :)
s
Me encantó la historia, sobre todo porque las matemáticas y yo no hemos sido nunca amigas, jiji.
besitos amigo
Buenísima historia. Aunque Gauss nunca pensó que un Herr mezclaría su nombre con unas latas ;-)
Asdi... los 200 primeros decimales de pi los recitaban cada día al llegar.
Maru... pues va siendo hora de hacer las paces.
Mondays... sí, lamentable. Pero en fin, ¿qué sería de nuestra vida sin esas anécdotas de las que nos reiremos durante años y años?
Si, lo había leído hace un tiempo y me pareció impresionante.
Esto te hubiera servido de acertijo, Manuel.
Buenas noches.
jajajaja....¡pobre profe!
Genial, me ha encantado, no hay duda de que hay genios, pobre profe y encima tener que aguantar hasta los 67, jajaja, qué mala soy, a mí ya no me toca, al menos en su totalidad, aunque no me reiré mucho no vaya a ser que mi jubilación parcial me la alarguen hasta los 67, mejor me callo.
Me has hecho recordar que hace muchísimos años estuve en tu ciudad el día de la Virgen de la Cabeza, eran las fiestas o las ferias, ¿no?, seguro que tú todavía no habías nacido jajajaja, no sé si reír o llorar, esta es la razón de que yo pueda y tú, no, me refiero a la "jubi".
Besos, Manuel.
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