Estoy recién llegado de Holanda y tengo que decir que sigo impresionado.
No, no es que aquel país sea más bonito que el nuestro (ya les gustaría a ellos tener nuestras sierras y montañas), sino porque allí todo el mundo habla holandés, su idioma materno, y también inglés. Y cuando digo todo el mundo me refiero a cualquier persona que te encuentres por la calle: desde los mocosos adolescentes hasta los abuelos de campo que venden flores en mercadillos callejeros.
Aquí no paramos de luchar contra los elementos, instaurando programas de bilingüismo en los colegios e institutos, obligando a los universitarios a sacarse titulaciones oficiales, forzando a maestros y profesores a actualizar su formación de forma precipitada. ¿Y cuáles son los resultados? Pues que evidentemente algo se avanza, pero seamos francos, aquí llega un inglés, elige a alguien en la calle, y la probabilidad de que este alguien le pueda seguir una conversación normal y corriente es prácticamente nula.
Todo lo que se está haciendo no es suficiente. Jamás será suficiente, aunque se quiera reforzar aún más. En estos países de Europa se hacen las cosas de otra manera: a través de la televisión.
Esto convierte esta problemática en un asunto de familia, y no un asunto de Estado. En estos países no se dobla absolutamente nada. Todo se emite en versión original con subtítulos en la lengua materna. Si un niño de 3 años quiere ver Bob Esponja, lo ve en inglés. Si un adulto quiere seguir "Mujeres desesperadas", en inglés. Todas las películas en inglés...
Hoy he preguntado a mis alumnos de 12 años por el tiempo que pasan diariamente delante del televisor, y así en media me han dado la cifra escalofriante de unas tres horas. Bajemos la media a dos horas, por tirar a la baja. Esto haría 730 horas de tele al año. Multiplicando esto por 11 años, podemos afirmar que estos críos habrán visto unas 8030 horas de tele en su vida. Dividimos por 24 y tengo que esta cifra se corresponde con 334 días completos delante del televisor, lo cual equivale a prácticamente un año.
Es aplastántemente lógico. No aprenden en el colegio (que supongo que también). ¡Aprenden en casa! Y ya de paso, los niños están deseosos de aprender a leer, puesto que es la única forma de entender los dibujos cuando son pequeñines.
Tanta reforma y tanta historia... Hubiera sido mil millones de veces más económico prohibir los estudios de doblaje.
Con los nuevos aparatos de televisión, ahora podemos ver los programa en VO, pero siempre nos queda el tentador botón que nos devuelve a la comodidad del español, y mientras esté la vía fácil, casi nadie tomará la difícil.
¿Y por qué es tan importante hablar otro idioma? Por muchos motivos. En primer lugar, por proyección. Una persona que habla perfectamente inglés no tiene miedo de irse a vivir o trabajar en infinidad de países europeos y americanos, y esto, en los tiempos que corren, no es poca cosa. En segundo lugar, por atraer turismo. Yo mismo, cada vez que viajo fuera, priorizo aquellos países en los cuales voy a poder desenvolverme con el inglés. Me aventuro a viajar sin guía a Suiza, a Austria, a Alemania, a Holanda, a Noruega..., pero me cagaría vivo si tuviera que hacer una escapadita a países asiáticos.
En resumen, cambiemos la televisión a VOS y dejemos que al menos nuestros peques se críen viendo todos los dibujos en su idioma original. Tal vez, y digo tal vez, consigamos que en 20 años éste sea un país realmente bilingüe.
1 comentario:
Exactamente lo mismo pasa por acá. Se estima que sólo el 2% de la población habla bien el inglés, y la mayoría ha vivido en países de habla inglesa.
Por más que se instauran programas en los colegios, no pasan de lo básico, y ahí quedamos, en las mismas.
Como dices tú, tal vez en 20 años, seamos todos bilingues (perdona, no encontré las cremillas.
Saludos
Maru
http://atrapadaenmisletras.blogspot.com
Publicar un comentario