Soy de la firme opinión de que siempre se aprende algo mientras se escribe. Y no iba a ser poco lo me enseñó este relato aparentemente sencillo. Escribí esta historia en octubre de 1995 (luego es de mis primeros cuentos) y tuve muchas dificultades a la hora de conseguir un poco de credibilidad en la redacción. Contaré un poco para que podáis compartir mis problemas iniciales:
Los protagonistas de esta historia son dos seres alienígenas sin cuerpo material, dos haces de luz que se comunican de una forma que podríamos asemejar a la telepatía. Con estas hipótesis, tenía que evitar todas aquellas formas verbales que implicaran de alguna forma la presencia o necesidad de partes físicas. No se pueden tocar, ni mirar, ni andar, ver...
A la hora de escribir es un auténtico suplicio, porque cuando las letras fluyen de manera bastante natural, descubres que tienes que deshacer parte de lo escrito porque no tiene sentido que, por ejemplo, Fizzed abrace de forma comprensiva a Hanned.
Pero también he de decir que fue divertido aplicar ciertas leyes de la física y la astronomía elementales a una historia tan estúpida (aunque coherente) que no deja de tener cierto sentido cómico.
Y es que todas las criaturas del universo buscan lo mismo: la vida eterna. Hasta que no leáis esta historia no sabréis por qué estos seres tan inteligentes creen que el secreto para hallarla se encuentra entre nosotros, en la tierra.
Los protagonistas de esta historia son dos seres alienígenas sin cuerpo material, dos haces de luz que se comunican de una forma que podríamos asemejar a la telepatía. Con estas hipótesis, tenía que evitar todas aquellas formas verbales que implicaran de alguna forma la presencia o necesidad de partes físicas. No se pueden tocar, ni mirar, ni andar, ver...
A la hora de escribir es un auténtico suplicio, porque cuando las letras fluyen de manera bastante natural, descubres que tienes que deshacer parte de lo escrito porque no tiene sentido que, por ejemplo, Fizzed abrace de forma comprensiva a Hanned.
Pero también he de decir que fue divertido aplicar ciertas leyes de la física y la astronomía elementales a una historia tan estúpida (aunque coherente) que no deja de tener cierto sentido cómico.
Y es que todas las criaturas del universo buscan lo mismo: la vida eterna. Hasta que no leáis esta historia no sabréis por qué estos seres tan inteligentes creen que el secreto para hallarla se encuentra entre nosotros, en la tierra.
10 comentarios:
una de las mejores historias de Fobos
Perdona mi incultura pero ¿dónde puedo leerla?
Feliz año y todas esas cositas cursis que dice el personal.
Kisses miles!!!!!!!!
Hola:
No quería que se fuera el año sin desearte todo lo mejor.
Un abrazo
Pero qué malo eres... Ahora estoy super intrigada y deseando leerla. A parte de que parece interesante, me encantará descubrir cómo conseguiste explicar la historia evitando todas esas palabras y explicaciones "tan humanas y físicas". Desde luego todo un reto el que te propusiste.
No me quiero ir sin desearte un !FELIZ Y VENTUROSO 2008! (Qué nervios, estoy deseando que llegue a ver qué cara tiene... jejeje)
En vez de las 12 uvas te dejo 12 besitos para que comiences el año con mucho cariño, muak's
tito e puesto cosas nuevas en mi blog diselo a la sara
Sara: Muchas gracias. Ya sabía que esta historia te había gustado.
Doña: Yo no llamaría inculta a alguien que se ha tragado casi 20 libros este año. Como siempre, exageras. Ya sabes dónde puedes leerla.
Félipe: Un abrazo a ti también.
Ocarina: Ya le habrás visto la cara al 2008, y espero que no te haya defraudado. Ya te pasaré algo mío para que vayas rumiando.
Eli: Vaaaaale guapa. Pero... ¿por qué no usas el correo electrónico para los mensajes a tu prima?
Jamás he deseado la Vida Eterna, es más, siempre me he querido morir más bien jóven. Luego pienso, que una cosa es lo que uno desea cuando está vivo y otra muy distinta, cuando te está llegando la hora.
En fin,......y la historia ah????
Como en tantas otras ocasiones(aunque esta vez a través de otro medio que me gusta menos, ya lo sabes)he de decirte que me ha sorprendido muy gratamente el relato...sobre todo al final...en efecto, has vuelto a pillarme! Aunque confieso que a estas alturas no esperaba ya menos de tus escritos ;)
El relato me ha hecho replantearme alguna que otra reflexión, aunque sigo llegando a la misma conclusión (vaya rima...): miles de personas piden la inmortalidad y ni siquiera saben qué hacer en una tarde lluviosa (es una cita de alguien cuyo nombre no recuerdo).
Y no digo más para no desvelar nada...aunque veo que soy la más tardona en leer tu libro!
PD. Por cierto, magistral "No sabemos nuestros nombres"...merece una mención aparte (no he sabido encontrar otro lugar para escribirlo).
Aunque ya ha pasado en unos días la fecha...Feliz Falsedad! Ya sabes que lo digo con cariño...:p
Patricia... morirás cuando yo te lo diga, qué cojones.
María A... supongo que en este te he pillado porque tú eres muy inteligente y el relato es un poco bastante simplón. Los engaños por defecto no tienen mérito.
Felices fiestas!!!
Publicar un comentario