Todos tenemos un lado oscuro. Una parte oculta de nosotros que nadie conoce. Una parte que tal vez ni siquiera nosotros nos atrevamos a explorar o reconocer. En esta historia se presenta a un personaje oscuro, posiblemente el más oscuro que he descrito nunca, y es curioso que cuando lo escribí pensé que daría asco.
Como casi siempre, me equivoqué.
A razón de las opiniones de los lectores, Sal Beinit crea dependencia. No son pocos los que me han dicho que la historia se les ha hecho corta, y que podría haber desarrollado un poco los vacíos temporales del relato. Bueno, podría haberlo hecho, pero entonces no habría sido un relato corto sino una novela corta, y no era esa la idea.
Como curiosidad, existe un detalle en la historia que me trajo de cabeza. Necesitaba un veneno capaz de matar de manera casi fulminante, y lo encontré en una versión moderna de un gas empleado por los nazis en los campos de exterminio, llamado Ziklon B. Vamos, que el dichoso veneno es una joyita de diseñó que existió en realidad.
Sin duda alguna no es ésta una historia para el que quiera pasar un rato agradable. Si empezáis a leer, conoceréis a Sal Beinit, un hombre cuyo mayor sueño en la vida es mirar a los ojos a una persona mientras muere, y que sin duda hará todo lo posible por cumplirlo.
Como casi siempre, me equivoqué.
A razón de las opiniones de los lectores, Sal Beinit crea dependencia. No son pocos los que me han dicho que la historia se les ha hecho corta, y que podría haber desarrollado un poco los vacíos temporales del relato. Bueno, podría haberlo hecho, pero entonces no habría sido un relato corto sino una novela corta, y no era esa la idea.
Como curiosidad, existe un detalle en la historia que me trajo de cabeza. Necesitaba un veneno capaz de matar de manera casi fulminante, y lo encontré en una versión moderna de un gas empleado por los nazis en los campos de exterminio, llamado Ziklon B. Vamos, que el dichoso veneno es una joyita de diseñó que existió en realidad.
Sin duda alguna no es ésta una historia para el que quiera pasar un rato agradable. Si empezáis a leer, conoceréis a Sal Beinit, un hombre cuyo mayor sueño en la vida es mirar a los ojos a una persona mientras muere, y que sin duda hará todo lo posible por cumplirlo.
3 comentarios:
no era de los mejores relatos... pero tampoco era de los peores...
Me ha encantado...si no hubiera prohibiciones establecidas por la ley en unos casos y por la moral (o falsa moral) en otros, estaríamos rodeados de personas como Beinit; personalmente yo no sé si tengo una parte tan oscura (da miedo hasta pensarlo), pero al gustarme tanto leerla y reflexionar sobre las miserias humanas sí que se evidencia la más que segura existencia de una cara oculta que todos tenemos.
Con prohibiciones y moralidad, ya estamos rodeados. Yo los he conocido casi casi. :)
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