Cualquier excusa es buena para juntarse. En nuestro caso, nos hemos inventado un club en el cual cualquiera puede entrar siempre y cuando le guste la cerveza y el megavino de Pancorbo y lleve un buen jamón como símbolo de buena voluntad. Los estatutos fueron escritos en una servilleta de papel en mitad de una medio lamida de oreja y han sido escrupulosamente perdidos por Concha. Si alguien los encuentra, por favor que los devuelva antes de que esto se convierta en una completa anarquía en la que sólo Miguel quiere cortar el jamón.
Todos en este club tienen su rol perfectamente delimitado:Miguel corta jamón (cualquiera le quita el cuchillo. Mirad la foto, mirad)
Concha pierde las servilletas (y me dice capullo).
Yo escribo los estatutos que luego han de ser extravíados. Así, en plan Prometeo en busca de un Heracles que me salve.
Encarni prepara la comida que luego todos alabamos (rica rica).
Maleni se lleva los restos (hay testimonio gráfico de ello).
M. Pancorbo trae el vino (rico rico).
Y finalmente María compra el jamón (aún lo debes).
Un gran equipo, como podéis ver.
Nada, nada, yo a poner los dientes largos.
La paletilla era de bellota. MMMMmmmmmmm.