Pues sí, parecía que no iba a llegar nunca, pero este aprendiz de pícaro inocentón está a punto de ver la luz y deleitar con sus desventuras a todo aquel que se atreva con su lenguaje callejero y, en ocasiones, ligeramente soez.
Aunque tal vez sea pronto, quiero ir adelantando trabajo y dar mi más sincero agradecimiento a todos los que han participado de una forma u otra en la creación de este libro. Sin vuestra ayuda nunca hubiera visto la luz...
... aunque muchos dirán que
por vuestra culpa León ha visto la luz.
En particular, agradecer a mi gran amigo Antonio Del Moral, por su excelente trabajo de maquetación y por aguantar mi puntillismo, y a mi no menos gran amigo Miguel Cáceres por perpetrar la portada y contraportada.
Asimismo, no quiero dejarme atrás a María, por ayudarme a corregir cuando yo estaba hasta la coronilla de releer, y a Sara, por todo el entusiasmo que ha mostrado desde que leyó el primer borrador, y porque se está convirtiendo en mi relaciones públicas, jajajaja.
También quiero hacer mención a Mari Carmen Rodríguez y a Jesús Vera, porque siempre se han mostrado solícitos a todo lo que les haya pedido, y porque tal vez se traguen el futuro marrón de presentar el libro (después de esto, ya no os podéis negar, je-je-je).
Para terminar, agradecer a Pablo Utrera que haya puesto a mi disposición toda la logística de Editorial Plaza Vieja.
Podéis considerar que el libro es un poco vuestro.
En fin, que me pongo moña. Sobre la trama, no revelo mucho más por el momento.
...
¡Bueno, vale, dejaré ver la contraportada!
(Hay que picar en ella para ampliar y leer)