La política está que cada vez da más asco. Cada partido, grupo, sociedad, ente mira sólo y exclusivamente por lo suyo, y si tú tienes la suerte de caer en el saco del "suyo" del grupo político que se lleve el gato al agua, fenómeno. Si no, te comes una mierda y rezas para que las medidas te afecten lo menos posible y al menos puedas mantener tu trabajo, que no es poco.
La Junta de Andalucía (juntilla para los amigos, y cuidado conmigo porque es la mano que me alimenta) aprobó hace poco una convocatoria de oposiciones de enseñanza con 2389 plazas, algo que ya parecía increíble dados los tiempos que corren. Su estrategia consistía en proponer y esperar a que don Rajoy despropusiera. Poli bueno y poli malo.
Don Rajoy, en este caso doña sombra de Rajoy (¿cuándo ve esta mujer a su bebé? ¿qué hace con el excedente de leche mamaria?), ha dicho que la tasa de reposición ha quedado en un 10%, a diferencia del 30% que se había aventurado a proponer poli-bueno/Junta.
Y aquí empiezan los tejemanejes políticos y las inseguridades de opositores. Existen unas plazas, denominadas "de consolidación", que quedan fuera de ese apartado llamado "de reposición". Más o menos hablamos de 1700 de consolidación y 700 de reposición. Tal vez la Junta esperaba que el nuevo decreto no hiciera referencia a estas últimas, dándole vía libre a convocar oposiciones con las 1700 de consolidación más unas cuantas de las otras. Total: más de 1900 plazas.
Pero, según me manda Jose A., en el recién salido Real Decreto-ley 20/2011, de 30 de diciembre, de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público http://www.boe.es/boe/dias/2011/12/31/pdfs/BOE-A-2011-20638.pdf en su artículo 3, termina diciendo que "Esta limitación alcanza a las plazas incursas en los procesos de consolidación de empleo previstos en la disposición transitoria cuarta del Estatuto Básico del Empleado Público".
De modo que... ¿habrá oposiciones? Probablemente no. Y si las hay, el número de plazas no superará las trescientas y pico para todas las especialidades. En mi opinión, mejor dejar las cosas quietecitas y no fastidiar tanto a opositores. Mucha jodienda para tan poco pastel. De no haber oposiciones, los interinos blindados quedan contentos porque siguen en la misma situación y no tienen que pelear por cuatro plazas de mierda que olerán a chamusquina con nombre propio. Los interinos no blindados besarán sus estampitas de santos y vírgenes, porque evitan la siempre nefasta posibilidad de ser expulsados de las bolsas. Y para los nuevos opositores, coño, era casi imposible que sacaran plaza con tan poca previsión, de modo que también se les puede tener contentos abriendo bolsas de trabajo y permitiéndoles que entren en lista de espera (un objetivo goloso a mi parecer).
Lo lógico sería que no hubiera, pero lo lógico, como bien he dicho al empezar, no casa con lo político. Aquí es donde meten mano los sindicatos, que bien debieran defender los intereses de sus representados trabajadores pero que sólo defienden los intereses de sus trabajadores (que hay una diferencia: los últimos son los que conforman, cobran de estos y llevan las pegatinas en las solapas, y los primeros los que pagan las cuotas). Sin oposiciones, la necesidad de realizar cursos de formación se divide por mil. Sin esta necesidad, los ingresos de los sindicatos se divide por mil también. De modo que ahora viene el tira y afloja (llámese también paripé) de sindicatos con Junta-gobierno, cuando si todo el mundo fuera como debe ser, se les haría caso a los sufridos opositores, que a pesar de no tener voto (no literalmente hablando, por supuesto. Me refiero a circunstancias como las que acontecen), sí que tienen voz, tal y como indican las encuestas.
Por si el gráfico no es suficientemente explicativo, me he molestado en calcular y un 84% de los votantes NO quieren oposiciones en estas circunstancias.
A esperar novedades, señores opositores, y eso significa que a esperar cualquier cosa de la Junta. Como reza el dicho, cuando un tonto toma un camino, se acaba el camino y sigue el tonto.
A esperar novedades, señores opositores, y eso significa que a esperar cualquier cosa de la Junta. Como reza el dicho, cuando un tonto toma un camino, se acaba el camino y sigue el tonto.