miércoles, 21 de noviembre de 2012

TIMOS, SOCIEDAD Y QUESO EMMENTAL

Recuerdo una película (sólo la recuerdo de título) de artes marciales del año del quico titulada "El luchador novato aprendió hasta del gato". Esta lección la debieron aprender nuestros dirigentes, que han tenido treinta y seis años de democracia para pulir sus técnicas de manipulación y engaño.
Lo más recurrente en estos últimos años de crisis es echarle mano a la conocida teoría del queso emmental (por ahí se conoce como teoría del gruyere, pero está equivocada pues el gruyere no tiene agujeros). Aznar ya la utilizaba diciendo que España iba bien. Zapatero la usaba diciendo que en España no había crisis. 
¿En qué consiste la dichosa teoría?
El queso emmental tiene agujeros. Cuantos menos queso haya, menos agujeros podrás encontrar. Pero cuantos menos agujeros tenga un queso, más cantidad de queso hay. Total, y resumiendo... si a menos queso, menos agujeros, y a menos agujeros, más queso, entonces concluimos rotundamente que A MENOS QUESO, MÁS QUESO.
Y esta es la estrategia de Rajoy. Querernos hacer ver que, a pesar de todo lo que se ha perdido, España está ahí, saliendo de la crisis, mejorando día a día. A menos queso, más queso, señor Rajoy.
La culpa de todo la tenemos los españoles, que cada vez que nos vamos a las urnas elegimos -cegados por el brillo mediático de estas estrellas de la manipulación- comernos los agujeros, mientras que ellos se comen todo el queso y asientan sus fortunas.

martes, 6 de noviembre de 2012

VE LA LUZ EL "KILLER TOONS Nº4", ESPECIAL TERROR


El cómic independiente más canalla del panorama español vuelve a sacar un nuevo número, en esta ocasión un especial de terror en el que se cuenta, además de los habituales dibujantes killer, con grandes figuras del cómic y de las letras como Sanjulián, León Arsenal, López Espí, Clara Peñalver, Rodrigo del Lago, Martín Salvador y David Vela, entre otros. A destacar el "zodíaco oscuro" que el gran David Vela ha aportado a todo color.
En la parte principal, El Juan Pérez nos deleita con una historia bizarra de Charly Chaparro, con su habitual sentido del humor y su estilo simpaticón cargado de guiños al cine.
Moi ataca en este número desde todos los frentes: partiendo de una historia de momias vikingas en conjunción con Rodrigo del Lago (autor del libro Chanquete Resurrección), continuando con sus habituales aventuras pollunas de Mundo Pichón, para terminar con una atrevida incursión en la literatura de humor con el relato "Hematíes", una divertida e ingeniosa historia acerca de un vampiro cachondón que parece sacado de Aída.
El Dr. Zonum, bien acompañado por su inseparable compañera de fechorías Killerwhite, nos deleita en este número con una espectacular historia macabra y mágica titulada "Oliver", y hace gala una vez más de un estilo propio e inconfundible que hará las delicias de todo aquel que disfrute deteniéndose en las composiciones y detalles.
También se atreve con todo en este número el incombustible Miguel A.Cáceres, que aparte de una nueva y grandiosa aventura de su Simeón Órdago (qué sería el Killer Toons sin él), ilustra varios relatos cortos y nos sorprende con sus pictofotografías vampíricas además de con una historia oscura de sueños y seres que habitan detrás de éstos titulada "El marionetista".
Rafa Infantes cambia el estilo y también hará las delicias de los más selectos con "El hombre en las sombras", historia en la que mezcla diversas técnicas que dan a su dibujo un aire oscuro y demencial.
Para realizar un nuevo (y posiblemente último) episodio de Domina Rebux Sadomatrix, el killer más internacional, Raúlo Cáceres, vuelve a prestarle su lápiz a Tito Alberto, quien a su vez también guioniza las nuevas aventuras de Samhaim Jacko, el personaje fetiche del cada vez más cotizado Mike Ruíz.
Para acabar, una humilde aportación mía en forma de relato corto titulado "Sujeto Darwin", ilustrado en color por Miguel A.Cáceres, que supone mi primera incursión en el género Z, y que por humildad dejaré que valoren o crucifiquen otros, aunque tengo que reconocer que a mí me dejó satisfecho.

Un número para no perderse. 132 páginas de pura mala leche contenida.