El Observador es el último relato que escribí para Fobos. Cuenta la historia de un extraño personaje que, postrado en una silla de ruedas, se dedica a observar las vidas de los demás. Su increíble habilidad deductiva se ve un día turbada por la presencia de un ser que sólo él parece percibir, un anciano parásito que vive de absorber las energías de los que le rodean.
Ellos se conocen, pero una ley no escrita les impide acercarse: nunca antes una criatura blanca como el observador se había interpuesto en los asuntos de un parásito gris.
Fueron muchos los interrogantes que me quedaron después de escribir este relato. ¿De dónde han salido estas criaturas? ¿Por qué deambulan entre nosotros cuando parece evidente que no pertenecen a este mundo?
Para responder a todo esto, escribí algo más de 400 páginas y me vi obligado a crear todo un mundo para ellos.
Todas las respuestas están en "El Latido de Olimpia". El libro ya está escrito. En cuanto me anime y me dé un repente, lo saco.
Lo mismito que con León.
¿Que no lo he dicho? MMmmmmm. Pues eso, que mi León González está a punto de ver la luz...
Lallalalarallalalará. Hablaré de eso en la próxima entrada. Estoy a la espera de la portada definitiva, obra de Miguel Ángel Cáceres (el mismo de la ilustración de esta entrada y de la portada de Fobos).
Ellos se conocen, pero una ley no escrita les impide acercarse: nunca antes una criatura blanca como el observador se había interpuesto en los asuntos de un parásito gris.
Fueron muchos los interrogantes que me quedaron después de escribir este relato. ¿De dónde han salido estas criaturas? ¿Por qué deambulan entre nosotros cuando parece evidente que no pertenecen a este mundo?
Para responder a todo esto, escribí algo más de 400 páginas y me vi obligado a crear todo un mundo para ellos.
Todas las respuestas están en "El Latido de Olimpia". El libro ya está escrito. En cuanto me anime y me dé un repente, lo saco.
Lo mismito que con León.
¿Que no lo he dicho? MMmmmmm. Pues eso, que mi León González está a punto de ver la luz...
Lallalalarallalalará. Hablaré de eso en la próxima entrada. Estoy a la espera de la portada definitiva, obra de Miguel Ángel Cáceres (el mismo de la ilustración de esta entrada y de la portada de Fobos).