sábado, 30 de enero de 2010

Relatos de Fobos: El Observador


El Observador es el último relato que escribí para Fobos. Cuenta la historia de un extraño personaje que, postrado en una silla de ruedas, se dedica a observar las vidas de los demás. Su increíble habilidad deductiva se ve un día turbada por la presencia de un ser que sólo él parece percibir, un anciano parásito que vive de absorber las energías de los que le rodean.
Ellos se conocen, pero una ley no escrita les impide acercarse: nunca antes una criatura blanca como el observador se había interpuesto en los asuntos de un parásito gris.

Fueron muchos los interrogantes que me quedaron después de escribir este relato. ¿De dónde han salido estas criaturas? ¿Por qué deambulan entre nosotros cuando parece evidente que no pertenecen a este mundo?
Para responder a todo esto, escribí algo más de 400 páginas y me vi obligado a crear todo un mundo para ellos.
Todas las respuestas están en "El Latido de Olimpia". El libro ya está escrito. En cuanto me anime y me dé un repente, lo saco.
Lo mismito que con León.
¿Que no lo he dicho? MMmmmmm. Pues eso, que mi León González está a punto de ver la luz...
Lallalalarallalalará. Hablaré de eso en la próxima entrada. Estoy a la espera de la portada definitiva, obra de Miguel Ángel Cáceres (el mismo de la ilustración de esta entrada y de la portada de Fobos).

viernes, 15 de enero de 2010

Haggard - Of a might divine


Los acabo de descubrir y me encantan. Es una banda alemana formada por tropecientos músicos (cerca de 20) que logra fusionar como nadie la música clásica con el metal más burro.



A disfrutar. Para el que le guste, como a mí, que sepa que lleva cuatro discos de retraso.

Requiem eternam
Et dona eis domine

Ride, ride, over the land
Sorrow comes without a waring, dear
And do never start to sacrifice your faith
They, they betray
And poisoned voices creep into your mind
For this will be their final stand

Ride, ride over the land!
Outside - a light!
He awakes in the deep of a stormy night
They have come to get him now
A feast for the raging crowed
With torches still alight

Supressed by a might divine
"Your science of the dark"
Revoke what has been told
Or at the break of dawn you will feel the holy spark
Of a might divine

La falce della luna é in lutto questa notte

"Inside - I cry
All I trusted in should die?"
An instrument to ship the blind
Through the sea of ancient times
Of a might divine

Now the night breaks
And the final trial awakes
Pressure's getting more and more
Betrayed - all I was living for
Of a might divine

Supressed by a might divine
"Your science of the dark"
Revoke what has been told
Or at the break of dawn you will feel the holy spark
Of a might divine

La falce della luna e in lutto questa notte

Requiem eternam
Et dona eis domine

viernes, 8 de enero de 2010

La ciudad silenciosa

Terminados "El latido de Olimpia" y "León González, santo", tenía la idea de escribir una precuela para Olimpia o una secuela para León.
Lo de Olimpia decidí posponerlo porque se trata de un proyecto que me ha llevado demasiado tiempo y necesito ganas antes de meterme en otro berenjenal.
Lo de León lo he pospuesto porque tenía ganas de cambiar de aires y dejarlo reposar un poco (y así de camino veo la impresión que causa a los primeros lectores-cobaya).
De modo que he vuelto a los orígenes.
He vuelto al relato corto.
En menos de un mes he escrito tres relatos ligeramente encadenados.
El primero de ellos, "Tics", es una historia acerca de un hombre acomplejado por un problema nervioso que un día descubre que su problema cesa cuando está cerca de cometer un asesinato. Una droga dura demasiado tentadora para una mente débil y atormentada.
La segunda historia, "Tótogu", narra la lucha encarnizada de una mujer por sobrevivir en un lugar inhóspito e infernal. Perseguida por unas criaturas llamadas deleznes, encuentra a un tipo negro llamado Renasconte con el que decide buscar una salida a la niebla que los rodea.
La última, "La ciudad silenciosa", es una historia mareante en la que el protagonista baja de un tren que emprende la marcha sin él para descubrir que está en una ciudad desierta.

Ya he empezado el cuarto relato, pero no sé si saldrá algo que me convenza.
...
Tanto contar, tanto contar, y me han entrado ganas de escribir...