viernes, 21 de marzo de 2008

Relato Completo: Kilómetro 301, 1ª Parte

Tengo permiso editorial para dejar leer un par de relatos de FOBOS, y tenía la duda de permitir la descarga directa, o ir dejándolos por partes. Al final, me he decantado en hacerlo por partes. Del primero de los relatos, titulado Kilómetro 301, podéis obtener más información en el enlace Info Kilómetro 301 (tranquilos, podéis picar, que no revelo demasiado de la historia). En fin, allá vamos (la ilustración es de Miguel Ángel Cáceres):

Hacía ya un buen rato que le dolía la cintura y el cuello. Por enésima vez dirigió su mirada al salpicadero y observó que el reloj no funcionaba. Resopló, un tanto fastidiado, pensando en si podría arreglarse con más o menos trabajo. Finalmente decidió que, aunque a él le jodiera mirar el teléfono cada vez que quisiera saber la hora, la avería costaría mucho más de lo que representaba en sí un simple reloj. Tosió y con un gesto brusco volvió a quitar el aire acondicionado. Se encontraba de un humor de perros, molesto por aquel viaje, molesto por tener que llevar aquel coche, molesto por cada camión que retenía su paso y molesto porque necesitaba una ducha que no podría darse antes de entrevistarse con un cliente al que no se acercaría demasiado por temor a apestarlo. Sacó un cigarrillo del paquete, se lo llevó a la boca y recordó que su novia no quería que fumara en su coche. Harto de todo, escupió el cigarrillo y éste fue a parar al asiento del copiloto junto a seis o siete cigarrillos más. Tendría que pararse y fumar. Pensó que no le vendría nada mal un descanso después de conducir durante casi tres horas, pero tenía más o menos una hora para recorrer los casi cien kilómetros que lo separaban de Badajoz con aquella birria de coche.
Cientos de mosquitos estrellados en la luna delantera le molestaban la visión. Buscó sin acierto el botón del líquido limpiaparabrisas. Tras poner y quitar las luces de niebla, la corta, la larga y todo aparato eléctrico que hubiera en el coche, sacó el móvil del bolsillo y pulsó prolongadamente la tecla número tres. Al descolgar, pudo escuchar una voz dulce y femenina que reía en segundo plano y luego se disculpaba para saludarlo a él.
-Hola, cari, ¿qué pasa? –comentó alegremente.
-¿De qué te reías? –preguntó.
-Nada, que estoy aquí con mi hermana y me estaba contando unas cosillas. Ya te contaré. ¿Has llegado ya?
-¿Cómo voy a llegar tan pronto? Me queda un buen rato todavía. Estoy hasta los cojones de viaje.
-Bueno, tranquilo, Iván, que no te debe de quedar mucho. Conociéndote, seguro que ni has parado.
-Pues no, no he parado –replicó sin poder disimular el malhumor.
-¿Has fumado en mi coche?
Separó el teléfono de su oreja y lo miró con asco. Con gran esfuerzo contuvo las ganas de gritar por el auricular.
-No. Sigues teniendo tu precioso coche birrioso inmaculado y con esta mierda de olor dulzón de ambientador de la tienda a cien.
-Estás insoportable, tío.
Iván comprendió que estaba pagando su mal humor con ella y decidió disculparse a tiempo. Un austero “perdona” fue todo lo que su estado anímico le permitió conceder, pero ya era tarde y la disculpa poco creíble.
-Si necesitas fumar, paras y te fumas medio paquete, pero no me llames a mí para comerme el tarro. Y sobre el coche, ya sé que mi ZX es una mierda al lado de tu A6, pero da la casualidad de que tu cochazo está en el taller y el mío te está salvando el cuello en ese viaje...
El cielo estaba empezando a nublarse. Pasó junto a una estación de servicio en la que repostaba una autocaravana, e instintivamente miró el indicador de combustible para observar que estaba a menos de un cuarto. Una moto de gran cilindrada le adelantó como un cohete. Ante él, una recta con el asfalto pintado de amarillo indicando obras, aunque no había señal alguna de máquinas ni trabajadores. Un poste a su derecha señalaba la carretera por la que transitaba y el kilómetro 301. A pesar de la bronca que estaba recibiendo por teléfono, se sintió algo reconfortado. La voz de María tenía algún tipo de efecto sedante sobre su persona, y poco a poco notaba que su enfado se desvanecía y la calma volvía a apoderarse de él.
-...si lo sé no te lo dejo y te vas en burro –continuó ella-. ¡Joder! ¡Es que me llamas para ponerme de mala leche!
-Lo siento de verdad, cari.
-Una mierda –respondió ella suavizando el tono de voz-. Además, mi coche no lleva manos libres; no deberías hablar mientras conduces.
-No pasa nada. Por aquí no creo que se pongan.
A la izquierda podía ver un campo plantado de marchitos girasoles. A la derecha, un campo de alcornoques con cerdos rebuscando bajo los troncos. Más allá, en la parte más alta de un cerrillo, un hombre sentado tras la alambrada miró al cielo y silbó. Iván no lo oyó pero percibió el movimiento de sus labios, como si todo sucediera a cámara lenta. El perro junto a él levantó las orejas y salió disparado en dirección contraria para agrupar al pequeño rebaño que apareció ante sus ojos al llegar al punto más alto.
-No es porque te pillen o no, bobo, es porque te distraes.
-No te preocupes. Oye, mira, que te llamaba porque no sé dónde está el agua del limpia.
-En la palanca de la derecha del volante.
-Ya le he dado y nada.
-Dale hacia ti.
Hizo lo que ella decía y dos grandes chorros de agua le cegaron la vista por un instante. Los limpiaparabrisas se accionaron, dejando en principio la luna toda emborronada. Parado en la cuneta, invadiendo parte de un carril, un enorme camión con las luces de emergencia le obligó a dar un ligero volantazo para evitarlo. Después de tocar el claxon y maldecir en voz alta, volvió a repetir la operación con el agua, usando para mover la palanca la misma mano que sujetaba el teléfono. Entonces, por el rabillo del ojo, vislumbró en el carril contrario de la autovía luces intermitentes.
-Te dejo –se limitó a decir al teléfono antes de colgar y soltarlo donde pudo. Todo parecía indicar que se trataba de un accidente. Aminoró la marcha para echar un vistazo, pero el sucio parabrisas y los muros de cemento de la mediana no dejaban ver demasiado. Una grúa alzaba un ZX rojo, como el suyo, con la parte delantera destrozada. Al pasar justo por delante, giró la cabeza un segundo y se le heló la sangre al creer leer la misma matrícula que la de su coche. Volvió a mirar hacia atrás, ignorando toda precaución, pero ya no pudo distinguir nada claro.


(...)

Próximamente, la segunda parte.

Cuidado con la carretera.

16 comentarios:

Doña Paranoica dijo...

Ando perdida, lo sé, pero en breve podré ponerme con tus acertijos, tus relatos y el resto de tus desvaríos. Hoy solo quería mandarte un besazo enorme y decirte que te echaba terriblemente de menos.

Patricia Cruzat Rojas dijo...

Al fin!!!!!!!!

Es un relato para transportarse, demasiado real, no me perdí detalle, aun siento escalofríos....

Imperdíble!!!

pd: y eso que soy mala para leer!!!!

Besos

Pedro Jorge dijo...

Me gustan los personajes que fuman.

Je je...

Manuel Amaro dijo...

Doña... ¡qué bien que hayas vuelto, aunque sea de esta forma tan perdida! Si te sigues perdiendo muchos acertijos, te auguro bastantes noches sin dormir.

Patricia... andas con ventaja, tú ya lo has leído todo. Pediste este relato, y éste he puesto.

Pedro J... a mí no. No me simpatizan.

WALLACE dijo...

te confieso que lo leído, ...yo tenía un Zx antes, con respecto al fumar, te digo que he llegado a denunciar a una cafetería de nombre en Madrid por hacerlo.

Comparto tu opinión y esperar nuevos relatos...


Saludos. manuel

Pedro Jorge dijo...

Estimado Amaro, entonces no te simpatizo. Tu a mí sí.

Manuel Amaro dijo...

Wallace: Pues eres un tío cojonudo, porque no está bien visto que un no fumador pida que no se fume a un fumador. Siempre te miran como si fueses gilipollas.

Pedro J: Que no, que siempre me malinterpretas. No me simpatizan los "personajes" que fuman.
Salvo que hayas salido de la ficción, me sigues cayendo bien, a pesar de tus defectillos.

Pedro Jorge dijo...

GOOD.

peace, bro.

;)

Manuel Amaro dijo...

Pedro: Nunca hubo hostilidades, amiguete.

Mar dijo...

Manuel quiero agradecerte también aquí tus palabras en el blog de Paty...

Aún no he podido leerte pero en cuanto pueda lo haré sin duda, y más si "amenazas conque igual pasamos un mal rato"!, jajajajaja, no sé de qué irá pero me encantan las historias extrañas... Y contarlas también.

Un abrazo y gracias,

Mar.

(Sin duda deberíamos montar algo grande... A veces, con personas como Patricia, Nemo, Amarcord, Anabel... Y tantas otras siento que ya comenzó)

:)

Manuel Amaro dijo...

Ariam Ram... me temo que lo que quiera que sea ya está en marcha. Y me alegro.

Triangulum dijo...

Vale, ya me lo he leído 5 o 6 veces entero, cuando lo tuve en mis manos pero... De verlo en tu blog, ya me he leído las 2 primeras partes 4 o 5 veces. Jeje
Tengo una curiosidad, mencionas que Iván iba hacia Badajoz, pero... ¿De donde venía? ¿De Andújar?

Manuel Amaro dijo...

Sara... Iván viene de Madrid. El kilómetro 301 está un poquito antes de llegar a Mérida, si miras desde Madrid a Badajoz. No te aconsejaría pasar por allí si ves que se nubla y hay pastores en las cunetas.

Mar dijo...

Lo que te dejé:

jajajajajaja, Manuel... Algún cotilleo hubo pero de insultos nada de nada, porDió, que me preocupé no más... Cosas del no conocerse...

Yo es que no me leo en las entradas, si no tampoco me vendrían muy bien los colorines, jajajajajaja, espero no sufrieras mucho....

(Mi pollo es precioso)

Un beso Manuel!

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Y si, puede que tengas razón y ya haya empezado sin apenas darnos cuenta. Y es bonito y grande. Debe seguir creciendo.

Sigo escribiéndote aquí por lo mismo de los "colorines", mi vista va poco a poco y hasta que no lea lo primero no paro...

Así que amenazo con volver...

Felipe Sérvulo dijo...

De lo mejorcito que circula.
Por cierto, en un viaje inesperado he estado un par de días por nuestra tierra. Demasiado poco para lo que me pide el cuerpo.
Gracias por compartir tus relatos.

SHE dijo...

Manu, recièn he terminado esta parte te digo.

Sabes? manejas muy bien el ritmo de la trama ,hasta los cortos que hace en el vehìculo se sienten tan reales que me imaginè de copiloto,
haces una descripciòn presisa del paisaje y el caràcter empieza muy bien delineado en cada personaje
Sinceramente le diste un buen pulido, voy a la segunda que estoy realmente picada !Genial el trozo en donde le parece vislubrar las placas de su auto,muy real...

besos