lunes, 16 de julio de 2012

VENDER LOS DIENTES PARA COMER

El conocimiento es poder, dicen.
Lo malo es que el que domina los medios también domina el conocimiento. Nuestra clase dirigente no cuenta lo que realmente está ocurriendo, dejándonos en un mar de dudas y conjeturas, a merced de oportunistas, especuladores, apocalípticos e incluso falsos profetas optimistas.
Lo que está pasando con España y los mercados internacionales clama tanto al cielo que me hace cuestionarme qué es esto de Europa y por qué se habla de unión cuando en realidad cada país está intentando coger tanto como pueda del naufragiode aquellos países que han estado mucho más torpes a la hora de encarar esta crisis.

Observando el gráfico temporal de la prima de riesgo en España y comparándolo con las noticias políticas y económicas de actualidad correspondientes a las fechas, podemos concluir que cada bajada brusca en el índice se corresponde con una medida tomada. A saber: reuniones del eurogrupo dando apoyo a España, anuncio del rescate de 100.000 millones, recortes del ejecutivo... Cada vez que estamos perdidos, nuestra clase dirigente salva los muebles vendiendo una pieza dental (del pueblo, por supuesto). Inmediatamente los mercados reaccionan y la prima de riesgo baja, pero curiosamente la confianza de los inversores no dura mucho y la prima vuelve a repuntar, cada vez con más violencia, en espera de un nuevo diente que quedarse.
Existen demasiados interesados en que España no salga del pozo aún. Mientras esto perdure, Alemania puede financiarse a un 0% de interés en dos años. Hay otros países que pagan por el dinero que les prestan menos de lo que han recibido. ¡Menos! 
Si a todo esto se le añade que este país de pandereta sigue teniendo el triple de políticos que Alemania (teniendo Alemania el doble de población), que tanto la banca como la justicia están politizadas (ergo corrompidas) y que los españoles de a pie siguen intentando salvar los trapos de manera individual, sin pensar en el colectivo (menudo linchamiento han sufrido los funcionarios en los últimos dos años, en especial los maestros y profesores), puedo casi garantizar que el próximo paso será vender otro diente, como hizo Fantine para dar de comer a su pequeña Cosette. ¿Y cuando ya no nos queden más dientes que vender?
¿Acabaremos como Fantine? 


1 comentario:

los lunes dijo...

Los mercados no van a confiar jamás en las medidas adoptadas porque su comparación, amigo Amaro, es más que acertada: estamos intentando curar una gangrena sacándonos los dientes. Así, no sólo no se cura la enfermedad sino que cualquier opción de fortalecer al enfermo (comiendo y alimentándose) se desvanece.
¿Y cuál es la gangrena? Lo saben los mercados tan bien como nosotros: la colosal estructura política que se ha montado, con duplicidades (y triplicidades) Administrativas, con asesores a mansalva, con empresas públicas para colocar a amiguetes, con los políticos dirigiendo el sistema financiero (cajas de ahorro), con una justicia intervenida y politizada (Tribunal Constitucional) y por lo tanto no-independiente, en definitiva, con una CASTA enquistada en todas y cada una de las instituciones del Estado que no hace creíble que ESO se mantenga mientras se empobrece a la población, haciendo con ese empobrecimiento aún más difícil salir de la crisis.
El problema es que si nos intervienen completamente, rectifico, cuando nos intervengan completamente, lo ÚNICO que les va a importar a nuestros acreedores va a ser cobrarse. E irán a lo fácil, es decir, a por nosotros. Y si de paso nos dejan en condiciones de no ser JAMÁS competencia para sus países, mejor para ellos. A nuestros acreedores les importa un carajo si nosotros seguimos manteniendo a la CASTA, porque en definitiva, somos nosotros los que la mantenemos con nuestros votos. Yo con el mío no, y usted bien que lo sabe. Un abrazo.