Algunas veces me paro a empatizar con los políticos y lo paso mal. En serio. Ser político de los que encabezan debe resultar una tarea muy dura. Digan lo que digan, cae mal. Hagan lo que hagan, sufrirán burlas, mofas, insultos, descalificaciones de opositores, ciudadanos, homólogos europeos y medios de comunicación. Sus decisiones pueden ser malinterpretadas en el futuro y llevarlos delante de un juez. Un patinazo en una concesión, una mala gestión contable o una recalificación sospechosa puede suponer que el político de turno, pobrecillo, dé con sus huesos en la cárcel.
De verdad, ¿a quién le merece la pena tanto penar por un sueldo que, en el mejor de los casos, para diputado, es de unos 60.000 euros anuales? Algunos dirán que no está mal, que mejor eso que el subsidio por desempleo, pero oiga, que estos señores que nos gobiernan no suelen ser mindundis. El ministro De Guindos curró en Lehman Brothers (no creo que ganara poco). Wert (maldito seas), al igual que Montoro, fueron profesores universitarios, Rajoy es registrador de la propiedad, la Cospe abogada con oposición...
No se morían de hambre, pero decidieron convertirse en las personas más odiadas de España. ¿Por gusto? ¿Porque alguno tenía que sacrificarse por el bien común?
Aquí descuadra algo, claro. Aquí o se mete bien la mano, o hay que ser terriblemente gilipollas para soportar casi gratuitamente las iras de millones de españoles.
No creo que lo que diga de aquí en adelante extrañe a nadie, pero qué queréis que os diga, no será más que una teoría conspiratoria. Vamos, que lo creeremos o no, pero jamás lo vamos a demostrar.
¿Qué beneficio saca esta gente? ¿Por qué les compensa exponerse de esta manera?
En primer lugar, porque hubo un tiempo en el que hubo SOBRES. Igual sigue habiéndolos, pero están los tiempos para ser prudente.
En segundo lugar, porque si uno está arriba, todos tus hermanos, hijos, primos, tíos, amigos de la infancia y demás tendrán la vida resuelta de una forma u otra. Si yo soy el dueño de una gran empresa y me llama Ana Mato para decirme que mañana irá un sobrino de prima hermana suyo a traerme un currículum, lo razonable es poner ese currículum en lugar visible porque igual pasado mañana tengo que concursar para que mi empresa haga unos trabajos regionales y bla bla bla. Así de fácil, indoloro, incoloro y sin marcas. El día en que un gitano alcance la Moncloa, nos vamos a enterar.
En tercer lugar, porque las grandes empresas siguen controlando la actividad política. Lo que hacen hoy es el espejo en el que se miran los políticos de mañana. Un asunto de gratitud a tiro pasado, en plan mafia siciliana. Tú me ayudas, y mañana te hago nadar en la abundancia, sin trampas ni cartón. Para muestra, un botón. Echadle un vistazo a la siguiente tabla, extraida de euribor.com, en la que se aprecian los buenos puestos que ahora tienen los ex-ministros, algunos de ellos personas que jamás habían dado un palo al agua excepto en política.
El asunto es evidente. Una evidencia tan clara como indemostrable. Nuestros actuales gobernantes aguantan el chaparrón porque les renta aguantarlo, no porque persigan la gloria ni busquen un ideal. Vivirán el resto de sus vidas entre algodones, viviendo en buenas urbanizaciones, comiendo en buenos restaurantes, jugando al golf y no mezclándose jamás con el pueblo llano que tanto los repudia. ¿Qué les importa?
2 comentarios:
Me faltan unos cuantos bastantes, comandados por el inefable Zapatero.
Donde está esa responsabildad que una vez dejado, y cómo el cargo, se retira para ver pasar sus nubes que son del viento según dijo el "sublime" metido a poeta, así nos vemos.
Por cierto,en cuestión de la enseñanza actual,más vale en este caso esperar a lo desconocido por si funciona, que lo ya sufrido y comprobado conocido. Saludos. J.L.
JL... algunos inefables tienen otras formas de buscarse la vida. Por lo visto con la Sinde y con Zapatero, la "literatura" no debe ser una mala opción. Recuerda que esta gente no da puntada sin hilo, así que dudo mucho que hagan lo que yo: escribir libros por amor al arte.
Respecto a la Educación... en fin. Es innegable que hace falta una reforma, puesto que los resultados no son los adecuados, y en esto se amparan los dirigentes a la hora de justificar lo que están haciendo. El problema es que ÉSTA no es la reforma necesaria, al menos no en su totalidad.
La reforma tiene que pasar otro tipo de filtros y consenso, alejarse de las ideologías políticas y contar con las enmiendas, el diálogo y la aprobación de colectivos de padres, profesores y partidos.
Esta reforma fracasará porque no se han respetado estas premisas, y por ello seguiremos hundidos educativamente hablando.
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