En el quinto relato del libro volvemos a meternos en la niebla de los deleznes de "Tótogu" y "la ciudad silenciosa".
Un hombre despierta emparedado tras el falso muro de una cocina. No recuerda nada.
Por una rendija en la pared observa una habitación solitaria en la que sólo ve el pie de alguien que yace en el suelo.
Os dejo un fragmento:
Estiré un poco
la pierna y golpeé algo que, al volcar, emitió un ruido metálico y pesado. Con
ambas manos empecé a tantear a mi alrededor, haciéndome una idea del sitio en
el que me encontraba: un estrecho y húmedo lugar de un metro de altura, dos de
largo y no más de medio metro de ancho.
Estaba
emparedado.
Para esta historia tuve que investigar acerca de ciertas enfermedades que producían pérdida de memoria a corto plazo, así como la forma de tratarlas. Si tienes claustrofobia, querido lector, seguro que no es éste tu relato, aunque por otro lado no puedes dejar de leerlo, ya que lo que aquí se narra y los personajes que aquí aparecen pueden tener bastante importancia en el desarrollo de la trama global del libro.
Allá tú.
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