miércoles, 1 de abril de 2015

DE "DIOSES Y CORDEROS": TÓTOGU

El punto de partida de "Dioses y corderos" es Tótogu, un relato difícil de encuadrar en la línea temporal rota del libro.
Por primera vez se presentarán varios elementos que van a ser habituales en muchos momentos de la novela: una niebla inquietante, una extrañas criaturas voraces que habitan en la niebla, un entorno en el que no parece quedar mucha gente...
Escribí esta historia para el Killer Toons 2.0 #2 (con ilustraciones de mi inseparable Miguel A. Cáceres), convirtiéndose en el primer relato que aparecía en esta revista de cómics, y en la primera de mis colaboraciones para Killer Toons. Una vez hecho, y como ya me hubiera pasado otras tantas veces, la historia parecía seguir viva, y de ahí que me surgiera la idea de seguir escribiendo relatos haciendo uso de pequeñas pinceladas de terror impresionista que finalmente pudieran dibujar un bello lienzo.
Tótogu está protagonizado por una mujer que lucha por su vida e intenta encontrar una salida al laberinto en el que se encuentra inmersa. Después de pelear contra la locura y la fiebre, deambula durante días por un pasillo oscuro que desemboca en una puerta tras la cual halla una habitación extraña en la que la espera un hombre de color.
Os dejo un pequeño fragmento:

—¿Qué hay tras esa puerta?—preguntó Tótogu. El negro siguió la dirección de su dedo y asintió con la cabeza.

—Un jardín con niebla —respondió.

—¿Y más allá del jardín?

—No lo sé, no he salido de aquí. Sólo he abierto la puerta y he visto la niebla. —Hizo una pausa y luego añadió—: también he escuchado los crujidos.

—Deleznes —murmuró ella.

Si después de terminar este relato te quedan preguntas en el aire, como por qué esa niebla, qué son los deleznes, o quién es Tótogu, tendrás que llegar hasta el final de "Dioses y Corderos", querido lector.

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