Hacía mucho tiempo que tenía ganas de tratar el tema de la brujería en una de mis historias. En este caso, y para no romper demasiado la estética intimista del libro, la historia vuelve a ser contada desde un punto de vista solitario y extremo. La protagonista es una xhana, una suerte de bruja con la capacidad de contactar con seres del más allá.
Pero existe una malformación entre las xhanas, y de mucho en mucho nace una bruja con sus habilidades alteradas, capaz sólo de atraer a los espíritus malignos.
Una xhana negra.
"Xhana negra" es la historia que finaliza el libro y con la que, creo y espero, se consigue cerrar en buena parte el círculo roto de "Dioses y corderos".
Una historia para dejar un buen sabor de boca en general, pero una historia cruda, angustiosa y opresiva. Un relato de los de mal rollo. Puede que el de más mal rollo de todo el libro, y parte de la culpa tal vez sea por haber incluido en la historia esa vieja leyenda que tanto nos aterrorizaba de pequeños: el espíritu de Verónica con sus tijeras. En otras culturas, bloody Mary.
Os dejo un fragmento de este cuento de terror:
Con pausada
ceremonia, mezclaron en el cuenco las sustancias cremosas que contenían los
frascos y el mechón de cabello recién cortado. Entonces se pincharon un dedo
con el alfiler del broche que llevaba una de ellas enganchada en la blusa negra
y dejaron que varias gotas de sangre tiñeran el ungüento. Volvieron a remover
con la espátula y alargaron el alfiler a la chica para que ella misma añadiera
algo de su propia sangre para acabar la mezcla.
Cuando así lo
hubo hecho, las dos hermanas sonrieron satisfechas por primera vez. Ambas
introdujeron dos dedos dentro del cuenco y se embadurnaron frente, mejillas y
nuca con el contenido.
—Por esta
sangre rubrico que por esta sangre ninguna criatura del otro lado podrá hacerse
tangible en el plano físico —recitó una.
—Por esta sangre
rubrico que por esta sangre ninguna criatura del otro lado podrá hacerse
tangible en el plano físico —su hermana repitió las palabras.
Espero que sepáis disfrutar del amargor. Puede valer la pena... como comer chocolate negro.
Eso sí, queridos lectores, leed "Xhana negra" con mucha atención. No lo hagáis con los ojos entrecerrados, como cuando se ve una película de terror. Son muchos los pequeños detalles que os aportarán información de otros relatos que ya creíais que no darían más de sí.
2 comentarios:
Manuel cada vez que leo un fragmento me entran más ganas de tener el libro.
Un saludo.
Esa es la idea, Toñi.
Te aseguro que el libro gana en directo.
Un abrazo.
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